jueves, 5 de agosto de 2021

LA MOTO Y YO (Memorias de un motorista aficionado). 2ª Parte

MI PRIMERA “GRAN MOTO”: LA MONTESA TEXAS 175 

Cuando ya vi que la compra de una nueva moto podría ser inminente, empecé a buscar una que le convenciera a mi padre. Me dijo que como máximo fuera de 125 cc y yo pensaba que con esa cilindrada correría prácticamente lo mismo una de “Todo Terreno” que una de carretera y sin embargo un modelo “campero” me permitiría un uso más variado y divertido, por lo que me decanté por una Bultaco Lobito 125 de la 2ª serie, o sea las amarillas. Pregunté en el Concesionario Bultaco de Jerez y no estaba “ni se la esperaba”. También pregunté en Sevilla, donde estaba estudiando, y tampoco me daban esperanza de que les llegara. Incluso escribí a la propia fábrica y ni siquiera me contestaron, por lo visto estaban muy atareados en la producción de motos para los Estados Unidos y no se ocupaban mucho del mercado español. 

Y de otras marcas tampoco había modelos de esa cilindrada que me gustasen, así que cuando ya estaba un poco desesperado, vi una Montesa Texas 175 en el Concesionario Oficial de Jerez que, aunque ya era un modelo descatalogado, me gustaba bastante pero… era de 175 cc. Convencí a mi padre de que a pesar de su cilindrada no corría mucho y que costaba casi igual que la Lobito, su aspecto y sobre todo su envergadura eran similares y además ¡estaba allí! Así que me la compró.

Rita posando con la recién estrenada Texas 

De hecho, hablando del aspecto de la Texas, en los primeros días que la tuve y paseando con Rita por Cádiz me paró un Policía Municipal para decirme que en esa moto no podían ir dos personas… ¡pensaba que era un ciclomotor! Luego, cuando vio la matrícula se dio cuenta, pero menudo chasco que me llevé… y yo que pensaba que iba en una gran moto. Supongo que la confundiría con una Montesita 50 que llevaba el mismo depósito. Realmente se veía pequeña junto a una Matador, pero no era para tanto y si no, a las fotos me remito. Pese a todo, al principio pensaba que no podría hacer las mismas cosas que con la Vespa (me refiero a tomar las curvas y otras "virguerías" que hacía con el escúter) porque la veía grande y potente pero a los pocos días esa sensación desapareció.

La Montesa Texas la estrené en Semana Santa de 1972 y después de las vacaciones me la llevé a Sevilla donde estaba estudiando. En el primer viaje que hice de Cádiz a Sevilla, aún en rodaje, por el camino me encontré con un R 8 en una gasolinera al que acababa de adelantar y su conductor se quedó mirando a la moto y me dijo “como corre”, lo que me sorprendió porque no me daba la sensación de ir “pegándole”. Y en el segundo desplazamiento de Cádiz a Sevilla, de noche, fui por la autopista para probar y se fundió, primero la luz larga y luego la de cruce. Entonces me puse detrás de un coche que me había adelantado para poder ir con más seguridad, pero su conductor se debió mosquear porque aceleró y me dejó vendido y a oscuras. Y así, intentando “engancharme” a los coches, llegué a Sevilla donde un Policía Municipal me paró por ir sin luces y tuve que ir empujando la moto hasta la residencia donde estudiaba. Si le llego a decir que venía casi desde Cádiz a oscuras… 

En la residencia estudiantil trabé una gran amistad con Alfonso, magnífico fotógrafo y mejor persona con el que hice bastantes excursiones con la Texas por las sierras de Sevilla y Cádiz. De Alfonso son algunas de las primeras fotos que tengo de la Texas y que revelábamos en el “laboratorio” que tenía en mi habitación de estudiante. Él vivía en Jerez y muchos fines de semana aprovechaba que yo venía a Cádiz y se venía conmigo hasta Jerez. Una noche nos quedamos sin gasolina y tuvimos que empujar la moto durante varios kilómetros hasta encontrar una gasolinera, así que en esa ocasión parte del viaje lo hizo andando… menos mal que no le cobraba nada por llevarlo.
Fotos que me hizo Alfonso en Sevilla
En otra ocasión fuimos a ver el Rally Torre del Oro que se desarrollaba en las sierras Norte de Sevilla y de Aracena. La moto tenía apenas unas semanas y, ya fuera por el tiempo que estuvo en el concesionario sin vender, o por otra causa, ese día sufrimos un pinchazo cerca de Aracena. Menos mal que también venía con nosotros Agustín, que también estaba en la misma residencia y se llevó la rueda a reparar al taller más cercano. Ya en el camino de vuelta a Sevilla se le rompió el cable del acelerador y tuve que hacer más de cien kilómetros tirando del cable con la mano para poder acelerar.
En la foto, entre los R8 aparcados, se aprecia la rueda de la moto desmontada y a la izquierda se ve un poco la Bultaco Junior de Agustín. había que esperar a que pasaran los coches del Rally para poder ir a buscar el taller.


Otro día fui a un sitio donde solían quedar los aficionados sevillanos para las salidas todo terreno, pero no encontré a nadie y me aventuré a seguir sólo por donde me habían indicado que iban. La verdad es que disfruté mucho, pero llegó un momento en que el sendero que estaba siguiendo paralelo al cauce de un riachuelo, prácticamente desapareció y caí en el agua… menos mal que tanto la moto como yo quedamos de pie, pero no la podía sacar del cauce. Recordé que cerca de allí me crucé con un lugareño que estaba con un burro. Caminé hasta él y muy amablemente me ayudó a sacar la moto del agua por el otro lado del río y me indicó el camino que podía seguir hasta la carretera más próxima. Por un tiempo se me quitaron las ganas de aventuras campestres en solitario. 

Pocos tiempo después, fui desde Sevilla con Alfonso y otros compañeros de estudios a Olvera, en la provincia de Cádiz, para pasar unos días en el campo con una tienda de campaña. Alfonso y yo íbamos en la Montesa y los demás en autobús y dormíamos en una colina cerca de Olvera. 




Desde allí hice varias excursiones con Alfonso para buscar la línea de ferrocarril de Jerez a Almargen, pero no pudimos encontrarla. La buscábamos por el nordeste y estaba en el oeste… Esta línea se conoce actualmente como Vía Verde de la Sierra y es perfectamente transitable a pie o en bici y es muy interesante, pues conserva túneles y viaductos, así como estaciones y otras instalaciones. Luego llegué a recorrerla en gran parte ¡por fin! con la Yamaha Superténéré que tuve en los años ’90 antes de que la convirtieran en Vía Verde y ya como tal, la he recorrido un par de veces en bicicleta.

Buscando la vía del ferrocarril abandonado

Camino de Olvera

En la Universidad de Sevilla se organizó un Cursillo de divulgación del Trial en las que el campeón Pedro Pi, que desarrolló la Montesa Cota, y el entonces Campeón Mundial de la especialidad, Rob Edwards daban unas charlas-coloquio y al día siguiente unas clases prácticas en una localidad próxima a Sevilla. También presentaron los últimos modelos de la marca: King Scorpion Automix y Rápita Automix que llevaban como novedad el engrase con depósito separado y bomba de aceite que era toda una novedad en España. Por entonces ya estaba estudiando en Cádiz y acudí con Rita en la Montesa Texas. Resultó muy interesante y además nos permitió pasar un fin de semana en Sevilla. Pero las clases prácticas (a las que fui con la Texas) resultaron un poco frustrantes. Entre que el trial no es lo mío y que la Texas no era la moto adecuada, tuve una caída en la que rompí el faro y que me quitó las ganas de seguir haciendo “el cabra”. Además, teníamos que volver a Cádiz con la moto. 

Pedro Pi en el cursillo de Sevilla

Descansando a la vuelta de Sevilla

Con la Montesa Texas hice muchas excursiones por la Sierra de Cádiz en incluso algunas de todo terreno:


En Grazalema






Durante una excursión campera



 y también algunos viajes como el que realizamos Antonio y yo a Sierra Nevada para ver una subida automovilística 






Antonio y la Texas en el Veleta


pero sobre todo, el mayor viaje que hice con la Texas fue una casi Vuelta a España inolvidable que he incluido en este mismo blog y podéis leer pinchando aquí.

Rita con su Montesa Cota y yo con la Texas



Después de ese viaje, la Texas se me quedaba pequeña y al mismo tiempo me iba picando el gusanillo de la velocidad, por lo que la vendí y con ese dinero y con el de unas clase particulares que iba dando, me pude comprar una Bultaco Metralla Mk2 de segunda mano pero muy nueva. Pero antes me atreví a correr una prueba de moto-cross en Chiclana con mi querida Texas (en la categoría de 250 cc) en la que quedé 6º y último clasificado, pero al menos terminé las dos mangas entre Bultaco Pursang y Montesa Cappra.


Entrenando con la Texas

Compitiendo con la Texas en Chiclana


Después de venderla, le perdí la pista durante muchos años, hasta que recibí ¡oh sorpresa! un mensaje de un lector del blog que me dijo que la tenía. Se trataba de mi ya amigo Pelayo, buen coleccionista y restaurador (de motos y de restaurante) que la tenía expuesta en lugar preferente de su colección en el pequeño museo de motos-tienda gourmet de productos gaditanos Pelayo Gourmet Cádiz que tiene en la calle Cobos de Cádiz. Recientemente me enteré que la vendió.

Continuará...


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