lunes, 1 de diciembre de 2014

BATALLITAS DE LA VUELTA A ESPAÑA EN UNA MONTESA TEXAS.-1973


En julio de 1973, en el curso de un viaje que hicimos un grupo de amigos  de Cádiz para ir en moto a ver las 24 Horas de Montjuich, vivimos algunas anécdotas, como es de suponer. En este relato voy a contar algunas de ellas que, dado el tiempo que ha pasado, se han convertido ya en "batallitas".

El viaje lo hicimos José Mª en una Vespa 160, Faly en una Ducati 250 de Luxe, Joaquín en una Bultaco Matador SD y Antonio y yo en una Montesa Texas 175
Llevábamos todo lo necesario para subsistir durante varios días: tienda de campaña, colchonetas, camping-gas, latas de comida, etc de manera que a veces parábamos a comer en alguna venta pero la mayoría de las veces nos preparábamos la comida, sobre todo por las noches cuando acampábamos.


Cargando las motos antes de partir de Cádiz


Pues bien, tras hacer noche en Granada, en Alicante y en Castellón (viajábamos tranquilamente y visitando los lugares que nos parecían interesantes ¡ah! y no había autovías) llegó el día que íbamos a alcanzar nuestro primer objetivo que era Barcelona.

Una de las primeras paradas del viaje en Loja


Haciendo noche en un camping de Granada





Un descanso en ruta


Antonio me relevaba algunas veces en la Montesa Texas

La N-340 cerca de Murcia. (Han cambiado las carreteras ¿eh?)



 Pero al mediodía antes de llegar a Barcelona y tras dejar Sitges nos encontramos con una costa preciosa (El Garraf) y una carretera no menos bonita y decidimos bajar a una de las calas a darnos un bañito y luego preparar algo para comer. Así lo hicimos y aunque el acantilado era de una altura respetable, aparcamos las motos junto a la carretera y bajamos hasta el mar, cosa que nos costó bastante y más aún subir. Cuando, después de prepararnos la comida y dar buena cuenta de ella estábamos terminando de amarrar las cosas en las motos, acertó a pasar por la carretera en dirección a Barcelona, una DUCATI 24 HORAS matrícula de Tarragona con dos ocupantes... pues bien, no hizo falta ningún gesto entre nosotros y todo fué ponernos los cascos y salir a la caza de la DUCATI.  Hasta José Mª con la Vespa. 
El primer tramo era cuesta abajo y eso nos permitió alcanzar cierta velocidad aún con las motos frías. Para los que no conozcáis la carretera de El Garraf os diré que es casi como un puerto de montaña, pero junto al mar (me recordaba en cierto modo al antiguo Despeñaperros y con unos tipos de curvas que se repiten varias veces, pues tiene varios entrantes hacia tierra bastante similares). 


El caso es que uno tras otro fuimos alcanzando a la DUCATI (hasta la Vespa, pues tal era nuestra “picaera” en aquella época) y llegamos a Barcelona creyéndonos unos pedazos de pilotos. Bueno, antes acampamos en un Camping junto a la playa cerca de Gavá y nos dispusimos ir a ver los entrenamientos de las 24 H. 
El ambiente en los alrededores del circuito, que está situado en pleno parque, nos pareció increíble.Había unas motos que no estábamos acostumbrados a ver, sobre todo las japonesas que traían los franceses y algunos afortunados barceloneses. Y el circuito... ¡precioso!

Esta foto es de un prototipo de Bultaco que pudimos ver aparcada, parece la precursora de la Metralla GT, aunque la carrocería todavía es la de la Mk2
Faly el ducatista con una entonces impresionante Ducati 750




Pero lo que nos impresionó de verdad fue ver cómo corrían los pilotos por ese circuito (sobre todo en las curvas Pérgola y Contrapérgola) ¡y nosotros que nos creíamos unos ases... !

Al cabo de un rato de estar en silencio, nos miramos y nos dijimos ¡valiente m…... de pilotos estamos hechos! Ésto sí que es correr y no lo que hacemos nosotros. 



Cartel anunciador de las 24 H de aquel año

Algunas fotos que hice en la carrera:

El vencedor Cañellas  (junto con Grau) con la Ducati. El espectador que lleva el casco "americanizado" es Faly

Varios pilotos en la curva de la Guardia Urbana

Carol (Montesa 46) y Alguersuari  (Bultaco 11)

Grau con la Ducati

Godier-Genoud (Kawa 1000)

La Guzzi 850 de Riva-Gazzola

Los dos primeros clasificados

Una Honda 750




Tomando unas cervezas en el Tibidabo (de izquierda a derecha Antonio, Faly, yo y Joaquín)

Después de unos días en Barcelona, el viaje continuó por los Pirineos, País Vasco, los Picos de Europa y ya de vuelta a Cádiz a donde llegamos tras 2 semanas. 

Parando a comer en Lérida


Un descansito en los Pirineos
En San Sebastián

                  



En Santander


Y fue en los Picos de Europa donde ocurrió otra de las anécdotas que a fuerza de contarla tantas veces, se convirtió también en "batallita".

Cada moto llevaba el equipaje de sus ocupantes, pero la Ducati de Faly, por ser más potente y tener más espacio libre, llevaba también la tienda de campaña donde dormíamos los cinco y también llevaba los utensilios de cocina. Este detalle, banal en un principio, tuvo su importancia como luego veremos.


Por los Picos de Europa








El caso es que llevábamos ya casi dos semanas de viaje, que para un grupo de 5 chavales de 20 años con mucha marcha ya es mucho tiempo y al llegar la noche de un día que estuvimos de excursión por caminos de cabras cerca del Naranjo de Bulnes, tomamos la decisión de emprender el camino de regreso a Cádiz. Además ya teníamos ganas de ver a nuestras novias. Faly fué el que más insistió en que nos levantáramos muy temprano para hacer el máximo de kilómetros para intentar llegar a Cádiz en dos días como máximo. 





Después de una noche de tormenta en plenos Picos de Europa en la que se empapó la tienda (que por cierto no tenía fondo) y con ella toda nuestra ropa, los sacos de dormir, etc, al amanecer el ánimo se nos vino un poco abajo. Bueno a Faly no, porque a pesar de estar completamente empapado seguía roncando. Y para colmo las motos estuvieron muy perezosas para arrancar, de tanta agua que tenían encima. Total que entre lo que tardó Faly en incorporarse y las motos en arrancar, salimos de allí bastante tarde (nuestro "campamento base" en los Picos de Europa lo establecimos en un prado junto a un pueblecito llamado Merodio). 
Tras emprender por fin la marcha y después de un buen rato paramos a comer en una venta que había en la cima del Puerto del Escudo. Allí empezamos a darle la carga a Faly por lo remolón que había sido. Incluso le pusimosEl Tempranillo” por tanto como había insistido el día anterior en salir temprano...
Tanta carga le dimos que agarró un buen mosqueo y sin despedirse, dejó sobre la mesa el importe de su comida y se largó. Al principio no le dimos mayor importancia, pero luego nos dimos cuenta de que ¡se había llevado la tienda de campaña! Y también los utensilios de cocina, pero eso ya nos importaba menos. Además llevaba la moto más rápida por lo que iba a ser imposible alcanzarlo. Bueno, con la esperanza de que lo encontraríamos por el camino antes de que se hiciera de noche, salimos del Puerto del Escudo hacia el sur. 



Por supuesto que no lo encontramos, pues el tío se plantó en Cádiz ¡del tirón! Creo recordar que llegó al día siguiente, después de todo un día y una noche en la moto.



Nosotros por nuestra parte dormimos en una pensión de un pueblo que ahora no recuerdo, cerca de Somosierra. El día siguiente lo pasamos en Madrid ¡ya que estábamos! Y reemprendimos el regreso a Cádiz por la noche. 

Al llegar a Bailén estábamos hechos polvo y paramos en un restaurante a tomar algo y a descansar, pero cuando estábamos medio dormidos (no había amanecido) nos echaron disimuladamente con la excusa de que tenían que regar el suelo. Bueno, en realidad nos dieron unos manguerazos. Total que arrancamos las motos y unos kms más adelante nos tumbamos a dormir en la cuneta hasta que amaneció. 





Cuando abrimos los ojos nos estaba esperando la Guardia Civil junto a la carretera, pero como estábamos en la cuneta en dirección a Madrid y nosotros salimos dando la vuelta rápidamente hacia Cádiz, cuando fueron a reaccionar ya estábamos un poco lejos y debieron pensar que no era cuestión de hacer una persecución. 





Bueno, pues unas cuantas horas después llegamos a Cádiz ante la extrañeza de nuestras novias que no se explicaban lo que había pasado con Faly, pues él tampoco había dicho nada, ya que todavía seguía durmiendo desde que llegó...






5 comentarios:

  1. Bonita batallita jaime lo primero que e pensado al ver la caseta e dicho valla pedazo de canadiense hay entran 7 u 8 personas lo que debía ocupar y pesar lo suyo
    Como siempre un placer leer "batallitas" en este caso a sido muy divertida lo bien que se lo deberiais pasar a pesar de los "obstaculos" del trayecto
    Un saludo y un placer leer tu blog

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    1. Gracias derbih2o por tus comentarios y por seguir el blog. Pues si que lo pasamos bien, la prueba es que todos los que hicimos ese viaje lo recordamos con simpatía y todavía seguimos viéndonos.

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  2. jajjajajja me ha encantado!! que bueno. Sigue contándonos viajes tan genuinos, auténticos y divertidos como este. Felicidades.

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