En julio de 1973, en el curso de un viaje que hicimos un grupo de amigos de
Cádiz para ir en moto a ver las 24 Horas de Montjuich, vivimos algunas anécdotas, como es de suponer. En este relato voy a contar algunas de ellas que, dado el tiempo que ha pasado, se han convertido ya en "batallitas".
El viaje lo hicimos José Mª en una Vespa 160, Faly en una
Ducati 250 de Luxe, Joaquín en una Bultaco Matador SD y Antonio y yo en una Montesa Texas 175.
Llevábamos todo lo necesario para subsistir durante varios días:
tienda de campaña, colchonetas, camping-gas, latas de comida, etc de manera que
a veces parábamos a comer en alguna venta pero la mayoría de las
veces nos preparábamos la comida, sobre todo por las noches cuando
acampábamos.
Cargando las motos antes de partir de Cádiz |
Pues
bien, tras hacer noche en Granada, en Alicante y en Castellón
(viajábamos tranquilamente y visitando los lugares que nos parecían
interesantes ¡ah! y no había autovías) llegó el día que íbamos a alcanzar nuestro primer objetivo que era Barcelona.
Una de las primeras paradas del viaje en Loja |
Haciendo noche en un camping de Granada |
Un descanso en ruta |
Antonio me relevaba algunas veces en la Montesa Texas |
La N-340 cerca de Murcia. (Han cambiado las carreteras ¿eh?) |
Pero al
mediodía antes de llegar a Barcelona y tras dejar Sitges nos encontramos con una costa preciosa (El Garraf) y una carretera no menos bonita y decidimos bajar a una de las calas
a darnos un bañito y luego preparar algo para comer. Así lo hicimos y aunque el acantilado era de una altura respetable, aparcamos las motos
junto a la carretera y bajamos hasta el mar, cosa que nos costó
bastante y más aún subir. Cuando, después de prepararnos la
comida y dar buena cuenta de ella estábamos terminando de amarrar
las cosas en las motos, acertó a pasar por la carretera en dirección a Barcelona, una DUCATI 24
HORAS matrícula de Tarragona con dos ocupantes... pues bien, no hizo
falta ningún gesto entre nosotros y todo fué ponernos los cascos y
salir a la caza de la DUCATI. Hasta José Mª con la Vespa.
El
primer tramo era cuesta abajo y eso nos permitió alcanzar cierta
velocidad aún con las motos frías. Para los que no conozcáis la
carretera de El Garraf os diré que es casi como un puerto de
montaña, pero junto al mar (me recordaba en cierto modo al antiguo
Despeñaperros y con unos tipos de curvas que se repiten varias
veces, pues tiene varios entrantes hacia tierra bastante similares).
El caso es que uno tras otro fuimos alcanzando a la DUCATI (hasta la Vespa, pues tal era nuestra “picaera” en aquella época) y llegamos a Barcelona creyéndonos unos pedazos de pilotos. Bueno, antes acampamos en un Camping junto a la playa cerca de Gavá y nos dispusimos ir a ver los entrenamientos de las 24 H.
El ambiente en los alrededores del circuito, que está situado en pleno parque, nos pareció increíble.Había unas motos que no estábamos acostumbrados a ver, sobre todo las japonesas que traían los franceses y algunos afortunados barceloneses. Y el circuito... ¡precioso!
Esta foto es de un prototipo de Bultaco que pudimos ver aparcada, parece la precursora de la Metralla GT, aunque la carrocería todavía es la de la Mk2 |
Faly el ducatista con una entonces impresionante Ducati 750 |
Pero
lo que nos impresionó de verdad fue ver cómo corrían los pilotos
por ese circuito (sobre todo en las curvas Pérgola y Contrapérgola) ¡y nosotros que nos creíamos unos ases... !
Al cabo de un rato
de estar en silencio, nos miramos y nos dijimos ¡valiente m…... de
pilotos estamos hechos! Ésto sí que es correr y no lo que hacemos
nosotros.
Cartel anunciador de las 24 H de aquel año |
Algunas fotos que hice en la carrera:
El vencedor Cañellas (junto con Grau) con la Ducati. El espectador que lleva el casco "americanizado" es Faly |
Varios pilotos en la curva de la Guardia Urbana |
Carol (Montesa 46) y Alguersuari (Bultaco 11) |
Grau con la Ducati |
Godier-Genoud (Kawa 1000) |
La Guzzi 850 de Riva-Gazzola |
Los dos primeros clasificados |
Una Honda 750 |
Tomando unas cervezas en el Tibidabo (de izquierda a derecha Antonio, Faly, yo y Joaquín) |
Después de unos días en Barcelona, el viaje continuó por los Pirineos, País Vasco, los Picos de Europa
y ya de vuelta a Cádiz a donde llegamos tras 2 semanas.
Parando a comer en Lérida |
Un descansito en los Pirineos |
En San Sebastián |
En Santander |
Y fue en los Picos de Europa donde ocurrió otra de las anécdotas que a fuerza de contarla tantas veces, se convirtió también en "batallita".
Cada moto llevaba el equipaje de sus ocupantes, pero la Ducati de Faly, por
ser más potente y tener más espacio libre, llevaba también la
tienda de campaña donde dormíamos los cinco y también llevaba los utensilios de cocina.
Este detalle, banal en un principio, tuvo su importancia como luego veremos.
Por los Picos de Europa |
El
caso es que llevábamos ya casi dos semanas de viaje, que para un
grupo de 5 chavales de 20 años con mucha marcha ya es mucho tiempo y al llegar
la noche de un día que estuvimos de excursión por caminos de cabras
cerca del Naranjo de Bulnes, tomamos la decisión de emprender el
camino de regreso a Cádiz. Además ya teníamos ganas de ver a
nuestras novias. Faly fué el que más insistió en que nos
levantáramos muy temprano para hacer el máximo de kilómetros para
intentar llegar a Cádiz en dos días
como máximo.
Después
de una noche de tormenta en plenos Picos de Europa en la que se
empapó la tienda (que por cierto no tenía fondo) y con ella toda
nuestra ropa, los sacos de dormir, etc, al amanecer el ánimo se nos vino un poco
abajo. Bueno a Faly no, porque a pesar de estar completamente
empapado seguía roncando. Y para colmo las motos estuvieron muy
perezosas para arrancar, de tanta agua que tenían encima. Total que
entre lo que tardó Faly en incorporarse y las motos en arrancar,
salimos de allí bastante
tarde (nuestro "campamento base" en los Picos de Europa lo establecimos en un prado junto a un pueblecito llamado Merodio).
Tras emprender por fin la marcha y después de un buen rato paramos
a comer en una venta que había en la cima del Puerto del Escudo.
Allí empezamos a darle la carga a Faly por lo remolón que había
sido. Incluso le pusimos “El
Tempranillo” por
tanto como había insistido el día anterior en salir
temprano...
Tanta carga le dimos que agarró un buen mosqueo y sin
despedirse, dejó sobre la mesa el importe de su comida y se largó.
Al principio no le dimos mayor importancia, pero luego nos dimos
cuenta de que ¡se había llevado la tienda de campaña! Y también
los utensilios de cocina, pero eso ya nos importaba menos.
Además llevaba la moto más rápida por lo que iba a ser imposible
alcanzarlo. Bueno, con la esperanza de que lo encontraríamos por el
camino antes de que se hiciera de noche, salimos del Puerto del
Escudo hacia el sur.
Por
supuesto que no lo encontramos, pues el tío se plantó en Cádiz
¡del tirón! Creo recordar que llegó al día siguiente, después de
todo un día y una noche en la moto.
Nosotros
por nuestra parte dormimos en una pensión de un pueblo que ahora no
recuerdo, cerca de Somosierra. El día siguiente lo pasamos en Madrid
¡ya que estábamos! Y reemprendimos el regreso a Cádiz por la
noche.
Al llegar a Bailén estábamos hechos polvo y paramos
en un restaurante a tomar algo y a descansar, pero cuando estábamos medio dormidos (no había amanecido) nos echaron
disimuladamente con la excusa de que tenían que regar el suelo. Bueno, en realidad nos dieron unos manguerazos. Total que arrancamos las motos y unos kms más adelante nos tumbamos
a dormir en la cuneta hasta que amaneció.
Cuando
abrimos los ojos nos estaba esperando la Guardia Civil junto a la
carretera, pero como estábamos en la cuneta en dirección a Madrid y
nosotros salimos dando la vuelta rápidamente hacia Cádiz, cuando fueron a reaccionar ya
estábamos un poco lejos y debieron pensar que no era cuestión de
hacer una persecución.
Bueno,
pues unas cuantas horas después llegamos a Cádiz ante la extrañeza
de nuestras novias que no se explicaban lo que había pasado con
Faly, pues él tampoco había dicho nada, ya que todavía seguía durmiendo desde que llegó...
Bonita batallita jaime lo primero que e pensado al ver la caseta e dicho valla pedazo de canadiense hay entran 7 u 8 personas lo que debía ocupar y pesar lo suyo
ResponderEliminarComo siempre un placer leer "batallitas" en este caso a sido muy divertida lo bien que se lo deberiais pasar a pesar de los "obstaculos" del trayecto
Un saludo y un placer leer tu blog
Gracias derbih2o por tus comentarios y por seguir el blog. Pues si que lo pasamos bien, la prueba es que todos los que hicimos ese viaje lo recordamos con simpatía y todavía seguimos viéndonos.
Eliminarjajjajajja me ha encantado!! que bueno. Sigue contándonos viajes tan genuinos, auténticos y divertidos como este. Felicidades.
ResponderEliminarSe le paso ya el cabreo a Faly ?jajaja
ResponderEliminarSí... pero todavía se acuerda ja, ja
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