A principios de los 90 del siglo pasado (cómo suena eso...) y en pleno apogeo de la Yamaha Super Ténéré, la marca japonesa organizaba los llamados TOUR YAMAHA para los propietarios de ese modelo. En su tercera edición (1991) también podían optar a realizar el Tour los propietarios de las XT 600 y XTZ 660 Ténéré y consistía en un viaje por tierras australianas desde la costa oriental hasta el famoso Ayers Rock, en el centro del continente.
El Tour se realizaría con Yamaha Superténéré XTZ 750 aportadas por los importadores de los países de procedencia de los agraciados, que también recibirían la equipación completa y por supuesto la gasolina, comidas, hospedaje y asistencia técnica. Eso sí todo ello al módico precio de 300.000 ptas de las de 1991. Realmente era una cuantía importante, pero lo que se recibía a cambio era de mucho mayor valor.
Los respectivos importadores de los mercados más importantes de Yamaha debían seleccionar a los asistentes al Tour por cada país. Así que, en cuanto Yamaha España hizo la convocatoria del Boomerang Tour, me inscribí.
Tras una primera preselección, los finalistas fuimos convocados en la población de Espot en el Valle de Arán para realizar las pruebas de selección, tras las que serían elegidos los que realizarían el increíble viaje por Australia.
El viaje hasta el Valle de Arán desde Cádiz lo hice en mi Superténeré y me sorprendió que de los diecisiete finalistas que acudimos, tan sólo Juan Hernández que venía de Estepona (no si alguno más) y yo, precisamente los más lejanos, fuimos los únicos que viajamos en la moto.
Las pruebas tenían una parte teórica, una práctica física de pista americana, rappel, etc, una cronometrada de enduro y finalmente la más entretenida, una ruta por unas pistas preciosas, la mitad del recorrido guiados por un road book y la otra mitad con un mapa de la zona. Al final había que demostrar que se había realizado el recorrido completo por medio de unas fotografías. El recorrido se hacía por parejas y yo tuve de compañero a José Hernández, que a la postre sería uno de los elegidos (yo no). Las motos eran Yamaha XT 600 de la empresa CROM Raid & Aventure que se manejaban estupendamente por las pistas del parque natural de Aigüestortes. Después nos fuimos encontrando a otros dos aspirantes que se habían quedado solos por abandono de sus respectivos compañeros, así que casi toda la ruta la hicimos un grupo de cuatro que nos lo pasamos en grande. Se nos hizo de noche por aquellas pistas pirenaicas, pero finalmente, tras completar todo el recorrido y hacer las fotos, llegamos al hotel Saurat de Espot que Yamaha eligió como base.
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Foto extraída de Google Street View |
Como digo, no fui elegido pero viví un fin de semana inolvidable y conocí gente fantástica y eso para mí ya fue suficiente. Guardo un grato recuerdo tanto del personal de Yamaha como de Crom que nos atendió de una manera excepcional y por supuesto del resto de aspirantes.
El viaje de vuelta lo hicimos juntos Jose y yo y aunque con fiebre por un enfriamiento que cogí sin duda en las heladas aguas del Noguera Pallaresa, que había que remontar a pie en una de las pruebas, nos lo pasamos en grande. Hicimos noche en Zaragoza, pues salimos de Espot por la tarde y al día siguiente, que ya me encontraba mejor, continuamos hasta casa.
Estas son algunas fotos que conservo de aquellas pruebas de selección.
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Una de las pruebas de pista americana |
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A punto de salir por las pistas |
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Algunos de los participantes. (Yo soy el de arriba a la izquierda aunque no lo parezca y mi amigo Jose el de abajo a la derecha) |
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En las pistas de las cimas pirenaicas |
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Se nos hizo de noche |
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Teníamos que hacer fotos en los sitios marcados en el mapa para justificar que habíamos pasado por allí |
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Viaje de vuelta a casa |
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Cerca de Medinaceli (Soria) |
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Jose y yo en Bailén, en el viaje de vuelta |
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Una de las páginas del road-book |
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Solo Moto le dedicó un reportaje a las pruebas |