6ª Etapa: Cee- Oporto. 340 kms
Llegó la
hora de regresar… Salimos de Cee con ganas de habernos quedado más
tiempo pero, en vista de lo que habíamos tardado a la ida y del trayecto que
habíamos planeado para la vuelta a Cádiz si nos retrasábamos la salida nos
íbamos a pasar del tiempo “permitido” por nuestras respectivas…
Sacando las motos del garaje para el camino de vuelta |
Pusimos
rumbo a Vigo pero costeando. Tardamos muchísimo porque el recorrido atravesaba
un pueblo tras otro constantemente y se hacía muy lento. En cualquier caso es
más atractivo que por la autopista y además ¡no había prisa!.
Llegamos a Vigo a tiempo para comer con Tere, otra amiga de Luis (por cierto, nos invitó). Allí estuvimos a punto de tener un pequeño contratiempo…
Aparcamos las motos en una parada de autobús que se encontraba en obras (aparentemente paradas) y suponíamos que iban a molestar menos allí que encima de la acera, y nos fuimos a comer al Club Náutico que estaba a pocos metros. Cuando estábamos en plena comida nos dice el camarero que le han llamado porque la grúa municipal se estaba llevando unas motos que estorbaban para una obra de la calle…
Acudimos corriendo y allí estaban la grúa y los guardias apuntando en las libretas, pero las motos por lo visto las habrían cogido en peso entre unos trabajadores y las habían colocado encima de la acera. Preguntamos a los guardias y no nos había multado por lo que les dimos las gracias y también a la dueña de un bar cercano que nos había visto aparcar. (Sabía dónde estábamos y había avisado al camarero del Club). Total que todo quedó en un pequeño susto y casi un corte de digestión…
Acudimos corriendo y allí estaban la grúa y los guardias apuntando en las libretas, pero las motos por lo visto las habrían cogido en peso entre unos trabajadores y las habían colocado encima de la acera. Preguntamos a los guardias y no nos había multado por lo que les dimos las gracias y también a la dueña de un bar cercano que nos había visto aparcar. (Sabía dónde estábamos y había avisado al camarero del Club). Total que todo quedó en un pequeño susto y casi un corte de digestión…
Tras la accidentada, pero por otra parte agradable, comida con Tere, ella misma nos acompañó a la salida de Vigo hacia Oya y Bayona.
Una paradita en Bayona, en el monumento a los marineros del pueblo que iban en la nao "Victoria" en la expedición de Magallanes-Elcano (1ª vuelta al mundo) |
La carretera es preciosa con vistas a la ría
de Vigo y a las islas Cíes. Algún día volveré con más tiempo por aquella zona
pero nuestra intención era llegar por lo menos a Oporto, así que continuamos la
marcha.
Las nubes
cada vez eran más negras y poco después de Bayona tuvimos que parar para
ponernos ropa de agua. Como en casi todo el viaje en esta ocasión al final
también fue un leve chaparrón.
Tras cruzar
la frontera seguimos hacia Oporto por carreteras de mucho tráfico y algunos
tramos de autovía.
Llegamos a la ciudad vinícola bien entrada la tarde y nos
dispusimos a buscar hotel, pero no me funcionaba ni el teléfono ni internet
(Movistar) donde tengo instalado Booking. Menos mal que con el teléfono de Luis
pude contactar con mi hija Laura que nos buscó el hotel. Éste incluía el aparcamiento
gratis para las motos en un centro comercial pegado al hotel.
En Oporto, en busca de hotel |
Por fin nos instalamos y salimos a cenar en alguno de los muchos restaurantes junto al río. Después de subir y bajar por muchas callejuelas nos fuimos a descansar para visitar Oporto a la mañana siguiente.
Una buena ración de "bacalhau" |
7ª Etapa: Oporto-Manteigas. 220 kms
Después de
desayunar y dar un buen paseo, nos subimos al autobús turístico que nos
permitió tener una idea general de esta maravillosa ciudad (bueno Luis ya la conocía).
Las bodegas se encontraban en la orilla izquierda del Duero, que ya no es Oporto sino Vila Nova de Gaia |
Es como Lisboa, pero en pequeño y más “emocionante” si cabe. Cruzar el río
varias veces por sus impresionantes puentes es para no perdérselo. El aspecto un
poco decadente pero también auténtica, la hace muy atractiva aunque con exceso
de turistas (nosotros entre ellos).
Y por supuesto en ese paseo estuvimos en el
Café Majestic… una maravilla, pero nos dejamos muchas cosas sin ver y casi
entrada la tarde nos pusimos en marcha bajo una ligera lluvia con destino al
Parque Natural da Serra da Estrela. Así que prometimos volver a Oporto para ver
también las bodegas y las viñas y por supuesto navegar por el Duero.
No sé dónde
vi lo del Parque da Serra da Estrela pero cuando observé las carreteras que
había para llegar a la población de Manteigas le dije a Luis que allí teníamos
que ir. Pero creo que elegí una ruta equivocada pues los primeros sesenta
kilómetros más o menos transcurrían por una carretera rodeada de casas, como si
fuese una urbanización, y multitud de rotondas que nos hacían sacar una media
de poco más de 40 km/ y bajo la lluvia.
En ese refugio no nos quisieron poner de comer porque acababan de cerrar la cocina... |
Paisaje inhóspito y más con niebla |
La carretera era casi una pista |
Entrada a la población de Viseu donde hay una fábrica de Citroën |
Subiendo a la Serra da Estrela |
La temperatura bajó a 9º y estábamos a 31 de mayo... |
En la bajada hacia Manteigas se iba disipando la niebla |
Llegada a Manteigas |
El caso es que llegamos a Manteigas casi de noche… pero
mereció la pena.
Tras una
reparadora ducha salimos a tomar algo y conocer el pueblo; por cierto hacía un
frío que pelaba.
8ª Etapa: Manteigas- Ávila. 400 kms
Salimos de
Manteigas no muy temprano, en una mañana espléndida.
Estuvimos observando los
neumáticos de la Honda de Luis y vimos que, aunque no le había hecho ningún
extraño, estaban bastante desgastados y no era cuestión de ir con esa
preocupación el resto del viaje. Ya cuando salimos de Cádiz, Luis sabía que le
quedarían unos 2000 kms de vida útil a las gomas pero tampoco quería
desperdiciar esos kilómetros cambiándolos antes del viaje.
Decidió cambiarlos cuanto antes pero en España, así que en cuanto cruzamos la
frontera, antes de Ciudad Rodrigo, llamamos a un taller especializado de
Salamanca (que luego resultó ser también Servicio Oficial Honda) y concertamos
la cita para hacer la sustitución de las cubiertas para las cinco de la tarde. Llegamos
a Salamanca, localizamos el taller y dejamos allí la moto. Mientras que los
cambiaban fuimos a ver el Museo de la Historia de la Automoción de Salamanca
que resultó interesantísimo.
Rolls-Royce que D. Francisco Bultó encargó carrozar a Serra |
Pegaso carrozado por Serra |
Esta unidad de Pegaso estaba carrozada por Saoutchick. (Me gusta más el Serra) |
Después de
recoger la moto decidimos acercarnos a Medina del Campo, aunque nos desviábamos un poco de nuestra intención de llegar a Ávila, para ver unos tíos míos
que hacía tiempo que no los veía lo que constituyó una sorpresa para ellos y
una alegría para todos. Y ya que estábamos en Medina del Campo visitamos (por
fuera) el precioso Castillo de la Mota.
Tras esta
agradable visita nos dirigimos a Ávila donde hicimos noche, no sin antes pasear
por el centro y disfrutar de una buena cena a base de pinchos.
9ª Etapa:Ávila- Cádiz. 670 kms
Y llegamos a
la que sería la última etapa del viaje. Salimos de Ávila bajo un buen chaparrón
que escampó al poco tiempo. La intención era pasar por el Puerto del Pico en la
Sierra de Gredos y también por Guadalupe… y allá fuimos.
Saliendo de Ávila |
En el Puerto del Pico |
Ruinas romanas junto al embalse de Valdecañas en el río Tajo, cerca de Navalmoral de la Mata |
Unos que pasaban por allí... |
En Guadalupe
esperamos a nuestro amigo Pedro y su Yamaha Tracer 700, que había salido de
Cádiz casi al mismo tiempo que nosotros para darnos el encuentro, comer con nosotros y acompañarnos
después hasta casa.
Ante el Monasterio de Guadalupe |
Visitamos a la Virgen de Guadalupe |
Medellín |
Medellín |
Medellín |
Último descanso antes de llegar a Sevilla |
Luis se frotaba los ojos... no sé si es que no se creía la "aventura motera" vivida |
Y ya por la
tarde, con ganas de seguir el viaje (que no se entere nadie) llegamos por fin a
casa.
En resumen,
una magnífica ruta con unas magníficas motos que no nos dieron ningún problema
y con un inmejorable compañero y que a nuestra edad creo que resulta aún más
reconfortante, si cabe, que los que
hacíamos de jóvenes.
El resumen del viaje en cifras (según la Honda de Luis) |
Hasta el
próximo…